martes, 10 de noviembre de 2009

ESTE ARTÍCULO ES UN EJEMPLO DE CÓMO IMPLEMENTAR EL USO DE LAS TIC EN EL NIVEL INICIAL A PESAR DE LAS DIFICULTADES PROPIAS DE LA REALIDAD CONTEXTUAL DE CADA INSTITUCIÓN.
Contra viento y marea...

Por Prof. Sandra Casalaspro Sala de 5 años José L. Suárez Pdo. de General San Martín
Desde ciertas corrientes didácticas, se sostiene y afirma que el error, convenientemente identificado y analizado, es fuente de aprendizaje. Desde una perspectiva humanística, podríamos agregar que también se aprende "del dolor". Son las experiencias difíciles, costosas, obstaculizadas, las que nos plantean desafíos a la reflexión didáctica, las que nos fuerzan a encontrar maneras novedosas, creativas, únicas de actuar para darles respuesta. Con una profunda y asombrosa sinceridad, Sandra nos aporta un ejemplo de ello. Los invito a maravillarse con este relato que ilustra las innumerables y silenciadas situaciones cotidianas en las que los maestros, cual anónimos magos, convierten cada adversidad en un desafío y en una alternativa para generar maneras renovadas de enseñar... Mi admiración más sincera hacia ellos...
Hace dos años, durante todo el año lectivo 2005, viví una experiencia como docente de Informática en un instituto privado de José León Suarez, Bs. As, con una sala de preescolar con aproximadamente 25 alumnos. Los nenes tenían entre cuatro y cinco años. Contaba con una sala asignada para cursos de plástica donde en un rincón tenía 3 viejísimas computadoras, Pentium I, sin capacidad de disco, con Windows 95 y únicamente con el Paint como posible software.
La verdad es que no era muy atractiva la propuesta laboral, el director pretendía aumentar su matricula diciendo que los nenes tenían informática cuando la realidad era totalmente opuesta, pero seguí adelante, además nunca había trabajado con nenes de jardín y quería vivir esa experiencia.
Ante esta situación no me quedaba otra opción que dividir al grupo en dos y llevar 20 minutos a cada uno, pues contaba con una hora de 40 minutos, que en realidad hasta que los nenes se ordenaban se reducía aún más. Igualmente de esta manera los nenes se sentaban de a cuatro o de a cinco, pero aún así traté de dar clase.
Me trasladaba sola con el primer medio grupo hasta el aula que tenía las computadoras mientras que el otro se quedaba con la maestra de la sala.
Sumado a todo lo que ya describí, como era un aula destinada a talleres de plástica, tenía que cuidar que los nenes no rompieran elementos y trabajos que estaban a la vista y al alcance de todos, tarea bastante complicada sobretodo a esa edad que todo lo quieren tocar e investigar. Acabado el tiempo regresaba con los nenes a su salita y la maestra me entregaba a la otra mitad realizando así el intercambio.
Cargué algunos programitas viejos (las máquinas no daban para más, sólo tenían disquetera) como el del bombero para realizar trayectos, otro para dibujar y otros con imágenes para colorear pues al comienzo el paint les resultaba muy difícil.
Las actividades tenían que ver con lo que habían realizado en la clase pero no porque la docente de la sala se integrara sino porque los mismos nenes me contaban qué tareas habían realizado. De todas maneras me encontraba muy limitada en las propuestas de actividades por el equipamiento escaso y de muy baja calidad.
Les explicaba alrededor de una máquina el uso del software, como también los objetivos del programa y el manejo del mouse y teclado según cada programa. Implementé varias estrategias para turnarlos y evitar que se peleen, a pesar de que ya los había dividido en dos grupos, los volvía a dividir y de esta manera, mientras algunos estaban en la máquina, otros nenes se ubicaban en unas mesitas que teníamos en la misma aula, donde dibujaban o pintaban en una hoja.
Otras veces hacíamos representaciones de la "sra. computadora y el señor ratón" creando historias y hasta inventábamos canciones.
Más adelante, también mientras algunos estaban en las computadoras, otros copiaban los nombres de las partes de la máquina en una hoja tratando de aprender a escribirlas. Pasada la segunda etapa del año les gustaba escribir en el Word Pad sus nombres y las partes de la computadora. Así los iba rotando como un juego de postas.
Como verán no fue una tarea muy fácil ni con tecnología de avanzada quizás, pero a mi me sirvió muchísimo pues tuve que recurrir no sólo a mi experiencia sino también a recursos pedagógicos y didácticos que jamás pensé que iba a tener que aplicar como profesora de Informática ya que uno cree que siempre va a tener dadas todas las condiciones necesarias para dictar esta disciplina. Sin embargo se puede observar que siempre no es así.
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